Conexión Permanente
- Luis Linares

- 2 ago 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 7 dic 2020
A menudo el adversario trae a nuestra mente que no vale la pena seguir sirviendo a Dios, que en realidad no hemos sido liberados del yugo del pecado; y peor aún que podríamos asirnos de la gracia para caminar hacía el atolladero pecaminoso de manera deliberada.
Ese pensamiento llega y se anida en nuestra mente justo cuándo perdemos la conexión con nuestro Padre celestial.
Cuándo en una frecuencia de radio o televisiva se pierde la conexión con la torre transmisora de la señal, lo que se transmite es precisamente ese ruido que molesta a nuestros oídos, por lo cuál ya no se puede escuchar el mensaje que se estaba transmitiendo.
Así mismo es nuestra relación con el Creador una vez que perdemos la conexión con nuestro Eterno Dios, el ruido que viene por la pérdida de la señal es pernicioso y molestoso; y que no dejará que escuches la guianza del Espíritu Santo. El cuál te guiará a toda justicia y a toda verdad.
La oración, el ayuno, la lectura de la palabra del Eterno Dios debe ser constante para evitar la pérdida de conexión con la señal matriz que viene del cielo.
Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. Proverbios 3:5-6
Meditando en el espíritu








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